Para
ubicarlos sobre cómo vivía yo las cosas en plena pubertad, ella fue mi primer beso, mi primera *novia*, así
que todo lo que "sabía" yo del sexo en realidad lo suponía por alguna
historia ajena o alguna que otra peli porno. Cuestión
que después de los primeros franeleos, un día en su casa, se me monta y
yo, bastante salame, seguro que estaba pensando algo como "Apa! y esto!?
qué va a hacer esta ahora?". Todo muy lejos de la seguridad de aquél que dice
"Ahora se viene lo bueno". Y se empieza a mover. Ma-mita, sí que sabía
moverse esa chica.
Cómo me calentaba ese vaivén, sus tetas, su cola, los besos, ese primer roce, yo al palo y ella encima mío sintiéndome. Todo era tanto, que hasta me acuerdo que pensé más de una vez en acabar. Pero no, acabar era demasiado.
Crecer y el primer sexo eran demasiado.
2 comentarios:
Qué lindo esas primeras franelas. Yo fui el primer novio de mi primera novia. Nos hicimos a nuestro gusto. Puro calentura adolescente.
me encanta que hayas usado la frase "nos hicimos a nuestro gusto".
Publicar un comentario