pero lo hacemos igual

15 mayo, 2016

Traer fantasmas

Cecile y yo nos estamos conociendo y hasta ahora está bueno. Hay algunas cosas que me gustan y otras que no, pero no importa, no voy a traer fantasmas a esta relación, me voy a dejar llevar y quizás aprenda algo en el camino. Yo así, con este poquito de vinculación, estoy bien. Me dejo llevar un poco y otro poco necesito controlarme, básicamente porque estoy lastimado (y cerrado). Pero ella quiere más. Y como ella *quiere* más, me va a dar *un poco* más. Quiero que conozcas a la verdadera Cecile, me dice. ¿Entonces esta no es la verdadera Cecile?

La verdadera Cecile es autodestructiva.

Entonces esa noche se pone en pedo fuerte, fuma mucho y toma un poco de merca. Me busconea y no le doy ni bola. Qué desastre, qué poco atractiva me resulta, incluso siendo alguien que me atrae tanto como ella. ¿Por qué mostrarme su peor cara? ¿Para qué ponerme a prueba? ¿Por qué traer fantasmas que saboteen la relación?

Me agarra de la mano me franelea todo el cuerpo y me dice al oído que quiere que me la coja así. La evito un poco pero insiste entonces cedo y la meto en el cuarto y la desnudo un poco y me la cojo así. Me la cojo con fuerza y sin forro como la reventadita que me muestra que puede llegar a ser. La doy vuelta y se la meto hasta el fondo y gime y la meto más para que la sienta bien bien adentro y se la meto y se la meto y se la meto y se la saco y le abro el culo y la acabo. Y después la limpio y la espero y tarda entonces le digo que la espero allá.

Qué horrible lo que acaba de pasar.

Al otro día me pregunta qué onda, que cómo estuvo todo, y le cuento que cogimos, y con culpa me dice que no se acuerda. ¿En serio no te acordás?, pregunto riéndome mientras pienso qué es lo que me quiso mostrar. ¿Que podés querer ser triste, incluso siendo feliz? ¿Que sos capaz de sabotear algo que te hace bien? 

Pero al final esta es una anécdota medio pelo entre las miles de buenas que tenemos de los días que estuvimos juntos. Por que sin que esto importe tanto, yo sé, y vi, y sentí que Cecile también me dio lo mejor de sí, y me quiso y me cuidó mientras yo intentaba darle algo parecido dentro de lo que podía (o me permitía dar). 

Yo siempre voy a saber que ella no fue su peor noche.

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