Querés que esa sensación previa al éxtasis se extienda durante un montón de tiempo. Casi que intentás no concentrarte en lo bueno que estaría acabar, sino en detener el placer en un momento constante (y no in crescendo ni más rápido, sino acabás) donde te permitís disfrutar cada a mínimo detalle de placer de ése momento/momentito. Hasta que sí, realmente no podés más del placer y acabás.
Un orgasmo que se siente como una explosión, una expulsión que te deja cansado, cansadísimo por todo lo que tuviste que pensar/concentrarte/controlar para que ESO suceda tal como sucedió. Después, a recuperar el aire; casi no podés hablar, necesitás volver a la tierra, el alma al cuerpo.
Qué bueno que estuvo.
4 comentarios:
Éxtasis. Te aplaudo, Luc.
Ooooooooooooooooooooooh sí.
Luc, si viviera en Argentina, me gustaría pasar a tomar algo por ahí contigo.
Y si no se diera la ocasión-de-g... creo que ambos tenemos muchas historias para recrear la mente.
Tu blog me consuela cuándo hay tiempos de sequía jajjaja
Sabes hablar, muchacho!
(Hay que ver si sabes deslizarte).
Un beso. C.
@Camila
La paso de pelos con las charlas de temática sexual, así que bienvenida seas.
De mi puedo decir que sí, sé como deslizarme y disfruto ser consciente de ello. De todas maneras, el año pasado viví unas experiencias que atentaron muy fuerte contra mi sexualidad. Por eso vas a tener que seguir leyéndonos para enterarte!
Publicar un comentario